Bar mariachis en Bogotá Ambiente propicio para cualquier celebración
Un bar mariachis en Bogotá es el lugar ideal para disfrutar de manera amena de cualquier tipo de celebración. Ya sea que, se trate de un cumpleaños, aniversario de bodas, despedida de soltero (a) u otro motivo, el cual amerite festejar, es el toque mexicano el que ofrece con su música ranchera, su tradicional menú gastronómico, el apetecible tequila y ese colorido ambiente que lo caracteriza, el escenario adecuado para no olvidar ese grato momento de agasajo.
Y es que, para rumbear como se debe, se ha de escoger una temática divertida y animada. En tal sentido, no hay lugar mejor para ello que el que incluya como lema la cultura festiva de los cuates que, con su alegría, sabor y ritmo contagioso, permiten que el instante sea completamente inolvidable para quienes asisten y son partícipes del momento.
Por suerte, Bogotá igual que otras importantes capitales mundiales goza del placer, al tener establecimientos ambientados en las tradiciones mexicanas, donde no solo tacos, burritos, tamales, tequila y mescal, son el principal deleite de los asistentes, sino que también el poder disfrutar de la melodía tan representativa de esa región. Incluso, en muchos locales nocturnos presentan artistas imitadores de grandes fenómenos mexicanos que son iconos de esta música popular universal.
Homenajes a los mejores de la música ranchera
Es así como, animadores que emulan a intérpretes como Juan Gabriel, Jorge Negrete, Pedro Infante entre otros ilustres representantes de la música mexicana, suelen ser el atractivo principal de los sitios de rumba. Además, no solo estos artistas rinden homenaje a virtuosos cantantes, sino también a voces del género femenino que recuerdan a destacadas figuras como Ana Gabriel y la Lupe.
No obstante, siguen siendo los mariachis los principales protagonistas. Grupos que hacen tributo a composiciones icónicas de la música de ese pías y los cuales, aunque sea una vez, cualquiera de nosotros hemos escuchado. “Las Mañanitas” o “El Rey”, son solo dos ejemplos de esas piezas que con seguridad hemos tarareado o quizás de la que sabemos cada estrofa y, por tanto, no dejaríamos de entonar al son del acompañamiento armónico de las trompetas y las guitarras.