
Ropa para niñas – Diseños que enloquecen a los adultos
¿Quién no se conmueve con la ropa para niñas? Es casi irresistible pasar por una tienda de ropa infantil y que la vista no se vaya hacia los diseños que exhiben, en especial los que están dispuestos para las bebitas. Para quienes son madres resulta todo un placer el proceso de selección y compra. Incluso, quienes no lo son, también lo disfrutan si deciden adquirir un regalo para alguna pequeñita. Hasta los hombres sucumben ante los encantos de tales modelos.
Es tanto lo que nos atrae la ropa para las niñas, que nos vemos tentados a escoger por ellas. Está bien si es un regalo, pero si ellas nos acompañan a la tienda, debemos controlarnos y dejarlas seleccionar lo que prefieran. Podemos orientarlas, pero al final ha de ser la voluntad de las pequeñas la que prevalezca. Eso les dará confianza en sí mismas y sentirán que les estamos valorando su esencia.
Es difícil contenerse, más aún es complicado escoger porque todo puede encantar. Sin embargo hay que verificar ciertos aspectos, que tal vez solo los adultos podemos analizar con objetividad. Entre los criterios que no se pueden dejar por fuera están:
- Calidad: por muy hermoso que sea el diseño hay que tocar el tipo de tela que se usa en la confección. Los otros materiales también cuentan, como por ejemplo la cremallera, los botones y cualquier otro elemento que sea parte del atuendo.
- Confección: verifique que esté bien cocido, que no hayan rotos, ni costuras mal elaboradas. Que se ajuste bien al cuerpo de la niña.
- Precio: no siempre lo caro es lo mejor, debe haber una buena relación precio/valor. Es factible encontrar ofertas que no cuesten mucho e igualmente cumplan con los otros criterios antes mencionados.
- Comodidad: a veces los niños se dejan llevar por el diseño que les gusta, pero si usted observa que le aprieta o que le crea alguna molestia, no lo compre. Esa ilusión de la pequeña puede ser pasajera y cuando le fastidie, porque no se sienta cómoda, lo abandonará muy rápido.
Recuerde que usted es el adulto y que no puede perder la objetividad. Está bien que se enamore de los atuendos, pero esté pendiente de comprar atuendos que realmente valgan la pena.